Irina nos sigue contando las aventuras de su viaje por Europa, siendo las visitas a museos una parte primordial de su recorrido. Como diseñadora y fundadora de Gallotipo, se maravilló con las diferentes muestras interactivas que visitó.
“Entrar a un museo o centro interactivo es una experiencia que te acerca a la realidad, te permite descubrir, entender y aprehender” nos dice Irina con emoción, y podemos concordar con ella. El mayor beneficio de un museo interactivo, es el despertar en las personas las ganas de aprender y comprender el mundo que nos rodea, de una forma entretenida y sorprendente, y así conectar con diferentes ámbitos del ser humano, la naturaleza y el universo.
La interactividad de estas muestras, permite involucrarse de manera activa con las exposiciones, tocarlas, sentirlas, activarlas. Los museos interactivos pasan a ser una herramienta fundamental para apoyar la educación tradicional para grandes y chicos.
Aprovechando esta ventaja, es que se pueden desarrollar museos de diversas temáticas, haciéndolas más accesibles y comprensibles para todo tipo de público.
Una muestra clara de ello, es la experiencia vivida por Irina en diferentes museos:
Cosmo Caixa en Barcelona, España, donde pudo disfrutar y aprender sobre astronomía, ciencias de la naturaleza, matemáticas, medio ambiente y tecnología.
Museo del Petróleo en Stavanger, Noruega, muestra cómo se formó el petróleo, cómo se produce y para qué se usa.
Museo VitenFabrikken en Sandnes, Noruega, es un Centro de ciencias, matemáticas y tecnología, cuenta también la historia de la ciudad de Sandnes y la historia industrial de la región. Otro tema que se aborda es la Astronomía, a través de la observación del universo en un planetario que cuelga en medio del museo.
Museo Tecnológico de Berlín, Alemania, que aborda principalmente temas de Tecnología del transporte y la comunicación.
Museo Judío de Berlín, Alemania, el que invita a reflexionar sobre la historia de la cultura judía en Alemania.
¿Y en Chile?
El mejor exponente en el país es el MIM, que ya cuenta con 22 años, está pensado y diseñado con muchos recursos, no solo económicos sino también de contenido, interactividad, didáctica, de diseño, creativo e ingenioso, tiene mucha dedicación. El MIM ha sido durante todos estos años un referente para otros museos y espacios educativos, cada vez más, los museos incorporan la interactividad en sus espacios, ya que son de gran ayuda para comprender los temas que se exponen.
Tanto Irina como Beltrán fueron parte de la creación del MIM, en conjunto con personas de diferentes áreas, científicos, diseñadores, educadores, técnicos, entre otros, en un trabajo multidisciplinario sacaron adelante ese gran proyecto. El MIM, fue una escuela que abrió un mundo nuevo al diseño, y Gallotipo ha continuado esa línea de trabajo, transformándose en una de sus mayores motivaciones, ya que es un área en que el diseño puede ser un aporte concreto para ayudar a comprender y cuidar el mundo que nos rodea.
Todos los proyectos que realizan van en esa línea, aplicándolos no solo en museos, sino que en diversos espacios donde instituciones, empresas o personas necesitan mostrar sus contenidos.
Sin lugar a dudas, las muestras interactivas son un valioso aporte comunicacional y educativo para distintas organizaciones, la experiencia de Gallotipo da fe de ello, mostrando contenidos y procesos de forma entretenida, clara y responsable.
Desde mineras que quieren enseñar sobre sus procesos, instituciones culturales que requieren el diseño de una exposición, instituciones educativas donde necesitan espacios experienciales, o en el área de salud, donde también han hecho experiencias para enseñar sobre la importancia del autocuidado.
Los temas pueden ser miles y las soluciones millones.
“La realidad es la mejor fábrica de estímulos, la mejor manera de iniciar cualquier proceso cognitivo… Y los museos y las exposiciones son algo así como la última gran reserva de la realidad, justamente lo que apenas se puede encontrar en la escuela, en el mundo académico, ni en la universidad, y lo que está totalmente descartado en libros y películas”
Jorge Wagensberg
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